1. JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO

El debate sobre la memoria histórica de la Guerra Civil, del Franquismo e incluso de la Transición está hoy en día muy presente en la agenda política, en todos los niveles, tanto político, en las más altas esferas, como a nivel social: en debates oficiales en las cámaras de representantes y en el día a día en las conversaciones y tertulias. 

Muy unido a este debate, está la cuestión de la simbología franquista y su presencia cotidiana a día de hoy. Una parte fundamental de la Ley de Memoria Democrática 52/2007, de 26 de diciembre, es la que atañe a la cuestión misma de esta simbología, y cómo la aplicación práctica de esta ley ha modificado el urbanismo de las ciudades y ha cambiado la imagen de las mismas. 

Durante el periodo de la dictadura franquista, como durante el surgimiento de cualquier periodo político autoritario, se tendió a la proliferación de símbolos y levantamiento de monumentos y estatuas. Esto no es para nada excepcional: los regímenes políticos autoritarios que quieren verse legitimados en el poder buscan el establecimiento de una identidad simbólica propia, muchas veces tomando como referente un pasado “glorioso” al que volver. Es una constante que vemos una y otra vez en la historia: desde Franco apropiándose de símbolos relacionados con los Reyes Católicos hasta Donald Trump y su “Make America Great Again”. Por tanto, lo que podía esperarse del franquismo es lo que finalmente pasó: la efigie del dictador ocupaba lugares destacados en plazas y monumentos públicos; su nombre se hacía constar en villas de nueva creación y en los lugares más conocidos de las ciudades; y las personas de su confianza o que habían ayudado a la creación del régimen también se veían recompensadas de la misma manera. 

Cuando un régimen sustituye a otro de manera violenta, lo primero que se suele hacer es eliminar de raíz estos símbolos. En nuestra historia más reciente, lo vemos patente por ejemplo en la caída de la estatua de Sadam Hussein tras su derrocamiento por las fuerzas estadounidenses, un potente símbolo que marcó la sustitución del régimen. Sin embargo, cuando se produce una transición más pausada, la memoria y los símbolos pasan a ser una cuestión controvertida y delicada, ya sea por dar prioridad a otros asuntos o por no tocar temas candentes que pueden ser fruto de división social. Pero los problemas aplazados siguen siendo problemas, y los símbolos franquistas presentes en las calles pasaron a ser incómodos para muchos sectores de la población. 

La parte más eficiente del régimen destinada a la propaganda fue la que tenía que ver con el nomenclátor de calles y poblaciones. Muy rápidamente tras el alzamiento del régimen, se estableció el cambio de calles o plazas importantes en los municipios (innumerables “Plazas del Ayuntamiento” pasaron a ser “Plazas del Caudillo”) y también se dio el apellido “del Caudillo” a pueblos y ciudades por doquier en toda la geografía española. Esta rotulación nueva es un acto político desde su origen, que empezó ya en la propia guerra civil conforme el bando sublevado iba adquiriendo terreno. Acabada la guerra, el Ministerio de Educación Nacional marcó unas directrices que debían regir la denominación de nuevas escuelas y que, en la práctica, se aplicaron también en el desarrollo urbano. Estas directrices, en cuanto a las personas que debían dar nombre a lugares importantes, eran las siguientes: 

  1. a) Figuras representativas de nuestro Glorioso Movimiento Nacional
  2. b) Hombres ilustres por su valor y significación nacional
  3. c) Héroes de nuestra Cruzada
  4. d) Nuestros muertos en campaña o asesinados por los rojos
  5. e) Personalidades altruistas en el orden docente.

 

Algunos ejemplos de la política franquista en el nomenclátor: hombres ilustres como el general Yagüe, muertos en campaña como los caídos de la división azul, o el propio Franco. 

 

Además del nomenclátor, los símbolos del franquismo se encontraban por doquier en el callejero urbano: desde escudos franquistas en lugares de importancia como edificios públicos, cuarteles de la Guardia Civil o colegios, hasta las placas que marcaban que una construcción era fruto de la política social del franquismo. 

 

Imagen de vivienda construida por el Instituto Nacional de la Vivienda que cuenta con el símbolo del yugo y las flechas. 

Esta política fue capaz de marcar la sociedad durante varias generaciones de españoles, que han convivido con personalidades franquistas y con sus símbolos durante toda su vida. La subsistencia de los mismos es prueba de su éxito. 

Este proyecto aborda una de las consecuencias más claras del éxito de esta política: la asunción de estos símbolos por parte de la ciudadanía e incluso su desambiguación con el régimen en muchos casos. El estar viendo durante toda la vida ciertos nombres o distintivos, sin una explicación clara de a qué hacen referencia, hace que se den por supuestos y que no se vinculen con su parte negativa. 

Con la puesta en marcha de la retirada de estas imágenes y monumentos, en muchas partes de la ciudadanía ha surgido la duda del por qué era necesaria ya que, a efectos prácticos, solo sienten que es una molestia en su día a día. Por ejemplo, ciudadanos y ciudadanas cuya calle ha cambiado recientemente de nombre y tienen problemas a la hora de recibir documentación o se ven obligados a realizar tareas burocráticas debido a ello. Explicando la simbología franquista, su significado, y lo que pretende conseguir la ley de memoria democrática con estas retiradas del imaginario franquista, queremos conseguir un entendimiento profundo por parte de la ciudadanía de la necesidad colectiva de avanzar como sociedad. 

  

  

 

  

 

  1. OBJETIVOS

  

  1. Analizar críticamente el papel de estos símbolos en la promoción de la ideología y el poder de la dictadura. Esto implica examinar cómo fueron utilizados para legitimar el régimen, fomentar la cohesión social entre los partidarios del régimen y reprimir a la oposición. 
  2. Explorar el impacto que estos símbolos tuvieron en la sociedad durante y después de la dictadura. Se incidirá en cómo afectaron la identidad nacional, la memoria colectiva y la percepción de la historia.
  3. Reflexionar sobre el papel de la memoria histórica en la construcción de una sociedad democrática y justa. Esto implica examinar cómo la preservación y la interpretación de estos símbolos pueden contribuir a la reconciliación, la justicia transicional y la prevención de futuros abusos de poder. 
  4. Desarrollar materiales educativos para promover la conciencia crítica sobre los símbolos de la dictadura. 
  5. Contribuir a la preservación de la memoria histórica desmitificando los símbolos de la dictadura y desafiando narrativas simplistas o apologéticas. Nos basaremos en una narrativa histórica basada en la verdad, la justicia y el respeto a los derechos humanos.
  6. Fomentar el diálogo intergeneracional y la participación ciudadana en la construcción de la memoria histórica. Involucraremos a sobrevivientes, familiares de víctimas, activistas, académicos y otros actores sociales en la reflexión y el debate sobre los símbolos de la dictadura. 

 

  

 

  1. ACTIVIDADES A REALIZAR

Para cumplir con los objetivos de este proyecto, realizaremos una serie de charlas y actividades (25) asociadas a las mismas en la que ponente y público participarán en la desmitificación de la simbología y en las formas de avanzar teniendo el pasado presente. Dichas charlas constarán de dos partes: 

  • Una primera parte teórica en la que se expondrán los orígenes de la iconografía franquista y se desgranará el significado de cada uno de los símbolos. 
  • Una segunda parte práctica en la que se realizará una dinámica de grupo con los participantes en la que, divididos por grupos, tendrán que analizar un símbolo y resignificarlo desde un punto de vista actual y democrático. 

Finalizadas las dos partes, se creará una reflexión grupal en la que los y las participantes comentarán con el resto sus impresiones y resultados. Cada charla se plantea con una duración media de 90 minutos. 

  1. PÚBLICO OBJETIVO

El público destinatario final de estas acciones es público general, no buscamos personas especializadas en el tema ni vinculados a colectivos concretos. Un entendimiento consciente de la memoria histórica beneficiará a la ciudadanía sin distinción de edad o clase social. Un problema con el que nos hemos encontrado a la hora de realizar este tipo de acciones es que, al final, la asistencia se limita a las personas interesadas en el tema, que ya están concienciadas con ello y que, pese a sus aportaciones, no sufren un cambio ni aprendizaje profundo.  

Por ello, para que las actividades cuenten con la mayor difusión y asistencia posible, se ofrecerá a instituciones como Universidades Populares, centros de educación formal y no relegada como las FPAs y colectivos análogos, y otros lugares que garanticen la afluencia de público. Un público desconocedor de la temática o no profesional es el que más se beneficiará de la reflexión asociada a la actividad. 

  1. METODOLOGÍA

Nuestra metodología es teórico-práctica basándonos en numerosos estudios que señalan los beneficios de la intervención del público en la creación de la sesión. El pasar de ser meros receptores de información a colaborar en la creación del discurso convierte al público en ponente y viceversa, lo cual hace que la asimilación de conceptos sea óptima. La combinación de teoría y práctica mejora la retención de la información, ya que los participantes tienen la oportunidad de experimentar y aplicar lo que están aprendiendo. Además, las actividades prácticas que implican trabajo en equipo o discusiones en grupo fomentan la colaboración y el intercambio de ideas entre los participantes. 

Estructura prevista de la sesión: 

  • Introducción: 
  • Establecimiento del tema de la charla y los objetivos. 
  • Presentación al ponente, que será una persona con formación en historia y especializada en la historia contemporánea de España 
  • Desarrollo: 
  • Introducción a la simbología dictatorial y diferencias con la simbología democrática. 
  • Ejemplos de símbolos retirados en otros países. 
  • Ejemplos prácticos de símbolos cotidianos asociados al franquismo, y explicación de su origen: 
  • El yugo, las flechas y el nudo gordiano 
  • La bandera preconstitucional 
  • El víctor 
  • Monumentos y placas 
  • Toponimia y nomenclátor 
  • Se fomentará la participación activa haciendo preguntas, solicitando opiniones o ejemplos de la vida real, etc. 
  • Actividades Prácticas: 
  • Se realizará un ejercicio el grupo en la que a cada grupo se le hará entrega de un símbolo, y se le pedirá su resignificación democrática.  
  • Resumen: 
  • Cada grupo expondrá las conclusiones de su actividad. 
  • El debate final se centrará en la pregunta: ¿qué hacer con la simbología retirada? 
  • Destacar las conclusiones clave y los próximos pasos. 
  • Final: 
  • Se entregarán recursos o lecturas adicionales para quien esté interesado en continuar aprendiendo sobre la temática 
  • Se pasará una encuesta final para evaluar el nivel de comprensión y satisfacción del público asistente. 

Recursos: 

  • Presentación realizada en Prezi o Power Point para la parte teórica 
  • Folios y material de escritura 
  • Materiales para la parte práctica: representaciones de símbolos y fichas para completar (una por grupo) 
  • Intentaremos conseguir símbolos reales que hayan sido retirados, con carácter expositivo. 

  CRONOGRAMA 

 

 

 

 

  1. MEDICIÓN DE IMPACTO

Como ya se ha mencionado, como parte de las sesiones se realizará una encuesta de evaluación. Dicha encuesta constará de un apartado destinado a la evaluación de la sesión (profesionalidad, contenidos, materiales) y de otra parte de fijación de los conocimientos adquiridos. Los resultados de estas encuestas se introducirán en la memoria final y se tendrán en cuenta a la hora de futuras ediciones del proyecto. 

Con la colaboración de: